10 estrategias de manipulación masiva

Noam Chomsky elaboró los siguientes principios sobre las estrategias de manipulación masiva.



  1. La distracción: cosiste en orientar al público hacia temas irrelevantes o banales. De esta forma, mantienen ocupada la mente de las personas. Para distraer a la gente se le atiborra de información ("Demasiada información produce desinformación"). Ejemplos claros: dar excesiva importancia a un evento deportivo, la farándula, las curiosidades, etc. Esto hace que la gente pierda de vista cuáles son su problemas reales (corrupción, paro,...)
  2. Problema-Reacción-Solución. En ciertas ocasiones, el poder, de forma deliberada, deja de atender o atiende de forma deficiente ciertas realidades. Hacen ver esto a los ciudadanos como un problema que demanda una solución externa, proponiendo ellos mismos una solución. Esta es una de las estrategias de manipulación más impopulares. Un claro ejemplo es cuando quieren privatizar una empresa pública o un hospital e intencionadamente desmojaran su servicio. Al final, esto justifica su venta.
  3. Gradualidad. Estrategia de manipulación masiva para introducir medidas que normalmente la gente no aceptaría. Consiste en aplicarlas poco a poco, de tal manera que resulten prácticamente imperceptibles. Es lo que ha pasado, por ejemplo, con la reducción de los derechos laborales. En España, se ha ido implementando medidas, o formas de trabajo, que terminan haciendo ver como normal, el hecho de que un empleado no tenga ninguna garantía de seguridad social.
  4. Diferir. En este caso, esta estrategia consiste en hacer pensar a los ciudadanos que se toma una medida que temporalmente resulta perjudicial, pero que hacia el futuro puede traerle grandes beneficios a todo la sociedad y, por supuesto, a los individuos. El objetivo, no es otro, que la gente se acostumbre a la medida, pensando en el supuesto bien que traerá en el mañana. Llegado el momento, el efecto de normalización ya ha operado y la gente no protesta porque no llegan los beneficios prometidos.
  5. Infantilizar al público. Muchos de los mensajes televisados, especialmente de publicidad, tienden a hablar al público como si fueran niños. Emplean gestos, palabras y actitudes que son conciliatorios y que están impregnados de un cierto halo de ingenuidad. El objetivo principal es vencer la reticencia de la gente. Es una de las estrategias que busca neutralizar el sentido crítico de las personas. Un ejemplo, los políticos emplean estas tácticas, mostrándose como figuras paternales.
  6. Acudir a las emociones. Los mensajes que se diseñan desde el poder no tienen como objetivo la mente reflexiva de la gente, si no lo que buscan principalmente es generar emociones y alcanzar el inconsciente de los individuos. De ahí, que muchos mensajes estén llenos de emotividad. El propósito es crear un corto circuito en el área más racional de la gente. Con las emociones se capta el contenido global del mensaje, no sus elementos específicos. De este modo, se neutraliza la capacidad crítica. También podemos denominarlo, chantaje emocional.
  7. Crear públicos ignorantes. Mantener en la ignorancia a las personas es uno de los propósitos del poder. Ignorancia significa no otorgar a la gente las herramientas para que puedan analizar la realidad por sí mismos. Contarle los datos anecdóticos, pero no darle a conocer las estructuras internas de los hechos. Mantener en la ignorancia también es no poner énfasis en la educación. Promover una amplia brecha entre la calidad de la educación privada y de la educación pública. Adormecer la curiosidad por el conocimiento y darle poco valor a los productos de la inteligencia.

  8. Promover públicos complacientes. La mayoría de las modas y tendencias no se crean espontáneamente. Casi siempre se inducen y promueven desde algún centro de poder que ejerce su influencia para crear oleadas masivas de gustos, intereses u opiniones. Los medios de comunicación habitualmente promueven ciertas modas y tendencias, la mayoría de ellas alrededor de estilos de vida tontos, superfluos o hasta ridículos. Convencen a la gente de que comportarse así es lo que está de moda.
  9. Refuerzo de la autoculpabilidad. Otra de las estrategias de manipulación masiva es hacer creer a las personas que ellos, y sólo ellos, son los culpables de sus problemas. Cualquier cosa negativa que les suceda, sólo dependen de sí mismos. De este modo se les hace creer que el entorno es perfecto y que si se presenta una falla es responsabilidad del individuo. Por lo tanto, las personas terminan tratando de encajar en su entorno y sintiéndose también culpables por no lograrlo del todo. Desplazan la indignación que podría provocarles el sistema, hacia una permanente culpabilización de sís mismos.
  10. Conocimiento minucioso del ser humano. Durante las últimas décadas, la ciencia ha logrado recopilar una impresionante cantidad de conocimientos acerca de la biología y la psicología de los seres humanos. Sin embargo, todo este acervo no está al alcance de la mayoría de las personas. Al público sólo llega una mínima cantidad de información al respecto. Entre tanto, las élites disponen de todo ese saber y lo usan a conveniencia. Nuevamente se hace patente que la ignorancia facilita la acción del poder sobre la sociedad
Todas estas estrategias de manipulación masiva tienen por objetivo mantener el mundo tal y como le conviene a los más poderosos.
Bloquear la capacidad crítica y la autonomía de la mayoría de las personas. Sin embargo, también nosotros depende dejarnos manejar pasivamente, u ofrecer resistencia hasta donde sea posible.

Aquí os dejo un vídeo que también resumen de una forma clara lo mencionado anteriormente:

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